sábado, 4 de febrero de 2017

Porqué nos arriesgamos? Unas líneas sobre la conducta y la conducta de riesgo...

Conducta
Por conducta, en primer lugar, vamos a entender lo que nos define el diccionario de la Real Academia Española online [DRAE]; una guía, una manera en que los hombres se comportan  en su vida. 
Para la psicología, será un conjunto de acciones con que un ser vivo responde a una situación.  Respecto de esto último, y para dar cuenta mas no de un ser vivo solamente, si no de un ser biopsicosocial, es decir, una persona, configurada también por el ser axiológico y abierta a la trascendencia, agregaremos lo que  Mas Colombo, Risueño & Iglesias (2011) postula:
Un acto voluntario supone la intervención de la inteligencia, que elije la conducta adecuada de acuerdo a las sensopercepciones recibidas, a sus aprendizajes anteriores, a sus estados afectivos, a sus deseos y sus motivaciones.
Este ser consciente que se pone en marcha en forma reflexiva (aunque no siempre deliberativa), consciente de sí mismo y de su mundo, de lo fáctico y de sus posibilidades, de su historia y de sus proyectos, responde, de un modo personal y organiza su comportamiento.
Se entiende por conducta voluntaria a la “vertiente consciente y autorregulable de la conducta humana y la faceta de la personalidad que posibilita la continuidad y coherencia entre pensamiento, deseos, sentimiento y acción. (p.283)
Es interesante leer sobre la conducta del hombre y pensar que es organizada en función de un universo interior de vivencias, para luego ser proyectada al medio o silenciarla en un acto de reflexión. 
¿Cómo pensar entonces la conducta que no se vehiculiza por el camino de lo beneficioso?
De éste modo, cuando el riesgo sea su acompañante, cabería preguntarnos sobre los estados afectivos, deseos y motivaciones propias. 
Por su parte Piaget (1967/1999) ha dejado en claro que “toda conducta, trátese de un acto desplegado al exterior, o interiorizado en pensamiento, se presenta como una adaptación o, mejor dicho, como una readaptación” (p. 14).  Así lo evocamos, como una guía mas para ampliar y definir este concepto que siendo parte intrínseca del hombre, aclara  “la conducta supone dos aspectos esenciales y estrechamente interdependientes: uno afectivo, otro cognoscitivo” (p. 14).

Es decir, el psicólogo asume un rol profesional, una responsabilidad, y con ello se hace cargo de hacer el bien, de responder con su mundo teórico y experiencial.  Así puede tomar al otro, como persona íntegra y potencial, respetando los estratos que configuran su existencia y dando un espacio donde cuerpo y alma comulguen con los valores, para que encuentre un sentido en su proyecto de vida.   
“La vida afectiva y la vida cognoscitiva, aunque distintas, son inseparables.  Lo son porque todo intercambio con el medio supone a la vez una estructuración y una valoración sin que por eso sean menos distintas (….)” (Piaget, 1967/1999, p.16)

Conducta de riesgo
Finalmente, ¿qué entenderemos por conducta de riesgo? Una primera aproximación, será pensarla como una perturbación de la voluntad y de la inteligencia, ya que vamos a suponer que el hombre tiende a la supervivencia, pero con cualquier conducta de riesgo, pone en peligro la misma.  En tanto que nos animaremos a pensar en que hay algo también del orden de las sensopercepciones y del aprendizaje desequilibrado.  Pondremos en duda si hay plena consciencia  para llevar a cabo acciones riesgosas.  O si gana el sesgo pulsional, la renegación, la no metabolización de la información, la no aprehensión del conocimiento.
Mas Colombo, Risueño, Motta, Raphael, Mas & Fusaro (2008),  plantéan que “cuando se habla de riesgo, aludimos a toda conducta o situación específica que real o potencialmente conduzca al deterioro actual o futuro de la salud biopsicosocial del humano”. (p.27 )
En sí mismo el riesgo guarda una contingencia de daño, “lo que depara la providencia” (DRAE).  Sin embargo, aludiremos y defenderemos que el hombre es quien escribe su historia presente y es capaz de proyectar, a partir de cada uno de sus pasos vitales, a futuro.  Por eso es un proyecto abierto (Labaké, 1997).
           
          Para escribir estas líneas me nutrí de la siguiente bibliografía:
          Labaké, J. C. (1997). “Introducción a la psicología” (3° ed.). Bonum
          Mas Colombo, E., Risueño, A. & Iglesias, R. (2011). Clínica Psicofisiopatológica (3° ed.).       Buenos Aires: ECUA
          Piaget, J. (1967/1999). La psicología de la inteligencia. (p. 14-16)  España. Critica    Barcelona.
          Real Academia Española (sin fecha). Diccionario de la lengua española (22ª. Ed.)  Extraído de  http://www.rae.es

Gracias por pasar, feliz de compartir lo que escribo y 
ojala les sea de utilidad! :)



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